martes, 27 de diciembre de 2011

Virgen del Pilar: Tradición y Milagros

 

 

LA VIRGEN DEL PILAR: historia, tradición y milagros

 

Nuestra Señora del Pilar
  • Historia y Tradición
  • Milagros: El milagro del cojo de Calanda 


NUESTRA SEÑORA DEL PILAR
Fiesta 12 de Octubre
Según antiquísima tradición la Santísima Virgen María estando aún con vida, antes de su gloriosa asunción al cielo, se apareció una noche en carne mortal al Apóstol Santiago a orillas del Ebro mientras se encontraba éste en oración profundamente afligido por la impiedad de las tierras que, sin éxito, intentaba evangelizar. Era deseo de la Santísima Virgen animarle a proseguir su apostolado en estas tierras ibéricas manifestando, así, una gran predilección por este pueblo de raza española; predilección ésta que ha sido ampliamente correspondida a lo largo de la historia por la devoción que todos los pueblos de origen hispánico han profesado a tan venerable Señora especialmente bajo el título del Pilar. La basílica que se levanta en Zaragoza ha sido desde tiempos muy remotos centro de grandes peregrinaciones y foco hacia el cual han convergido las súplicas y esperanzas de los católicos españoles en las horas amargas de las grandes persecuciones que contra la Iglesia ha desencadenado la impiedad. ¡Sea Nuestra Señora del Pilar la que guarde y defienda la fe y la unidad de la raza española y la colme de abundantes gracias y bendiciones celestiales!
Tradición e Historia de la Virgen del Pilar
Hacia el año 40 después de Cristo; España, la más importante y fructífera región de la Bética era tierra pagana sumergida en la idolatría. El apóstol Santiago el Mayor, hermano de San Juan e hijo del Zebedeo, tuvo la santa inspiración y bendición de la Santísima Virgen para predicar en tierras españolas y tal como atestiguan ciertos documentos del siglo XIII que se conservan en la Catedral de Zaragoza; pasando por Asturias, llegó con sus nuevos discípulos, a través de Galicia y de Castilla, hasta Aragón. El territorio se conocía con el nombre de Celtiberia donde actualmente está situada la ciudad de Zaragoza. Allí predicó muchos días y entre algunos de los conversos, eligió como acompañantes a ocho hombres con los que trataba del reino de Dios. En la noche del 2 de enero del año 40 Santiago oyó voces de ángeles que cantaban “Ave María gratia plena” ("Dios te salve María, llena eres de gracia") y vio aparecer a la Virgen María sobre una columna de jaspe. La Santísima Virgen, que aún vivía en carne mortal,  pidió al Apóstol que se le construyese allí una capilla con el altar en torno al pilar celestial y prometió que ese sitio permanecería allí hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obrase portentos y maravillas por su intercesión con todos aquellos que en sus necesidades implorasen su patrocinio. Santiago y sus ocho compañeros, testigos también del prodigio, comenzaron inmediatamente a edificar una ermita con la ayuda de todos los conversos y que recibió el nombre de Santa María del Pilar. Santiago dejó España y se trasladó a Jerusalén, tal como la Santísima Virgen le había ordenado y la fue a visitar a Éfeso; donde, a causa de una persecución contra los cristianos, se encontraba junto a su hermano Juan y allí la Madre de Dios le predijo la proximidad de su muerte en Jerusalén. Santiago fue decapitado en el Monte Calvario por Herodes Agripa alrededor del año 44 después de Cristo siendo el primer apóstol mártir. Su cuerpo fue llevado posteriormente a España para su entierro. Siglos después el lugar en el que fue enterrado fue hallado y llamado Compostela que significa “campo estrellado”, donde permanece hasta hoy. El Apóstol Santiago es el apóstol de la Virgen María por excelencia y le preparó el camino en España y en el Nuevo Mundo. El 12 de octubre, día del descubrimiento de América, celebramos el día de la Hispanidad o día de la Raza, siendo la Santísima Virgen del Pilar patrona de la misma. Este día se celebra también el día de la dedicación de la primitiva iglesia del Pilar asentada sobre la columna que Nuestra Señora trajo del cielo, símbolo de la solidez de la fe en Cristo y del edificio de la Iglesia Católica y que constituyó el primer templo mariano de toda la Cristiandad.
Milagros de la Virgen del Pilar
En 1438 se escribió un libro en el que se relatan numerosos milagros atribuidos a la Santísima Virgen del Pilar y que contribuyó a fomentar enormemente la devoción mariana. Fernando el Católico expresó en cierta ocasión: “creemos que ninguno de los católicos de occidente ignora que en la ciudad de Zaragoza hay un templo de admirable devoción sagrada y antiquísima dedicado a la Santísima y Purísima Virgen y Madre de Dios, Santa María del Pilar, que resplandece con innumerables y continuos milagros”. A lo largo de los siglos, los milagros se han seguido produciendo y no son desdeñables los milagros de la Virgen en defensa de la fe: la toma de Zaragoza de manos de los musulmanes en 1.118, la resistencia ante el ejército francés durante la Guerra de la Independencia Española y la victoria del ejército sublevado en la Guerra Civil Española. De la guerra civil se narra el bombardeo sufrido por el templo a manos de enemigos de Cristo el 3 de agosto de 1936 cuando fueron arrojadas tres bombas defectuosas desde unos 150 metros, altura insuficiente para activar sus espoletas. Las bombas se exponen a los lados del Camarín de la Virgen e integran la larga lista de hechos milagrosos que se le atribuyen. Entre los milagros encontramos también la asombrosa curación de doña Blanca de Navarra, a la que se creía muerta; la curación de invidentes como el niño Manuel Tomás Serrano y el organista Domingo de Saludes y el muy famoso milagro de Calanda realizado a Manuel Pellicer y que a continuación pasamos a relatarles.
El Milagro de Calanda
“Miguel Pellicer, vecino de Calanda,
tenía una pierna muerta y enterrada.
Dos años y cinco meses, cosa cierta y probada,
por médicos cirujanos, que la tenía cortada.
Se acostó en la cama y por la mañana,
se encontró la pierna sana como estaba”
(Romance Popular)
La noche del 29 de marzo del año 1.640 Nuestra Señora del Pilar restituyó a Miguel Juan Pellicer, joven labrador, una pierna que le habían cortado en el Hospital de Nuestra Señora de Gracia y que estaba ubicado en lo que actualmente es la Plaza España de la ciudad de Zaragoza. La pierna se encontraba enterrada en el cementerio del hospital desde hacía dos años y cinco meses. El joven mutilado, provisto de una pata de palo y de una muleta, alternaba algunos trabajos fáciles con su asidua asistencia al templo del Pilar en el que solía pedir limosna y se encomendaba con fervor a Nuestra Señora, ungiendo el muñón de su pierna con el aceite de las lámparas encendidas en honor a la Virgen. Dos años y algunos meses después de la amputación Miguel regresó a la humilde casa de sus padres que estaba situada en la ladera del castillo de Calanda a 118 Kilómetros de Zaragoza, donde pedía alguna limosna para no agravar la pobreza de sus padres. El jueves 29 de marzo el joven había pasado el día trasladando estiércol desde una era al corral de su casa. Esa noche Miguel se encontraba muy cansado y se reunió, en torno a la lumbre, con sus padres y unos vecinos y delante de ellos se quitó la pierna de palo y los paños sobre los que acomodaba la rodilla. Estando ya en su cuarto, sobre las diez y las once de la noche, entró la madre y vio que, por debajo de la cubierta de la cama, asomaban dos piernas y desconcertada fue a llamar a su marido. Al entrar éste en la habitación notó un olor no acostumbrado en la casita, la habitación estaba en perfecto orden y de la cubierta de la cama sobresalían dos pies. Miguel había recuperado su pierna, la misma que antaño había sido mordida por un perro y que conservaba incluso la vieja cicatriz. El sólo recuerda que soñaba que se ungía el muñón en la capilla de la Virgen de Zaragoza. Tanto Miguel como sus padres tuvieron claro que se trataba de un milagro de Nuestra Señora del Pilar que había intercedido ante su Hijo Santísimo y Redentor Nuestro, para que le devolviese la pierna que había sido enterrada ya gangrenosa en el hospital hacía más de dos años. Del milagro de Calanda han quedado muchísimos testimonios y pruebas documentales: médicas, notariales, eclesiales, etc. Fueron muchísimas las personas que conocieron a Miguel Pellicer y declararon el prodigio. Es un milagro portentoso que consiste en una auténtica resurrección de la carne y que puede ser probado hasta en los más mínimos detalles.

1 comentario:

  1. ME DA MUCHA ALEGRIA DE TODOS LOS MILAGROS.. LE VIRGEN DEL PILAR. AYUDE ARREGLAR Y DECORAR MI CASA. LA MEJOR UNIVERSIDAD DE K. .MS. AR. JG MV. LE VAYA SUPER BIEN EN LA EMPRESA Y TRABAJO ED. M. RECUPERE EL DINERO DE SU TRABAJO. QUE SAN ANTONIO DE PADUA. DESESMARCARE A ESTA GENTE QUE LE ESTAN HACIENDO. MAL

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