viernes, 30 de diciembre de 2011

HAY UN SOLO BAUTISMO, NO TRES

 

 

Fuera de la Iglesia Católica no hay Ninguna Salvación


por Hno. Pedro Dimond O.S.B.

12. Hay un sólo bautismo, no tres


      Está definido como dogma que hay solamente un bautismo. Esta es la razón de por qué el Credo dogmático de Nicea, profesado históricamente todos los domingos en el rito romano, se lee: “Confieso un solo bautismo para la remisión de los pecados”.  Y este dogma de que hay un sólo bautismo para la remisión de los pecados viene de nuestro Señor Jesucristo y los Apóstoles. San Pablo lo afirma en Efesios 4, 5: “Un Señor, una fe, un bautismo”.  ¿Podría ser posible que haya más de un sólo bautismo para la remisión de los pecados cuando los católicos han rezado y creído por 2000 años que hay sólo uno? No.

Papa Pío XI, Quas primas, # 12, 11 de diciembre de 1925: “En esta perpetua alabanza a Cristo Rey se descubre fácilmente la armonía tan hermosa entre nuestro rito y el rito oriental, de modo que se ha manifestado también en este caso que Legem credendi lex statuit supplicandi.  La ley de la oración constituye la ley de la creencia[1].

      A través de la historia, muchos Papas han reiterado expresamente esta regla de fe: que hay un sólo bautismo para la remisión de los pecados.

Credo Niceno-Constantinopolitano, 381, ex cathedra: “Confesamos un bautismo para la remisión de los pecados[2].

Papa San Celestino I, Concilio de Éfeso, 431: “Después de haber leído estas santas frases y encontrándonos de acuerdo (de que hay ‘un Señor, una fe, un bautismo’ [Ef. 4, 5]), hemos dado gloria a Dios, que es el Salvador de todos…”[3].

Papa San León IX, Congratulamur vehementer, 13 de abril de 1053: “Creo que hay una sola verdadera Iglesia santa, católica y apostólica, en la que se da un solo bautismo y verdadera remisión de todos los pecados”[4].

Papa Bonifacio VIII, Unam sanctam, 18 de noviembre de 1302, ex cathedra: “Una sola es mi paloma, una sola es mi perfecta. (…) Ella representa un solo cuerpo místico, cuya cabeza es Cristo, y la cabeza de Cristo, Dios. En ella hay ‘un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo’ (Ef. 4, 5)”[5].

Papa Clemente V, Concilio de Vienne, decreto # 30, 1311-1312, ex cathedra: “Puesto que hay tanto para clérigos y seglares, para superiores y súbditos, para exentos y no exentos, una Iglesia universal, fuera de la cual no hay salvación, puesto que para todos ellos hay un solo Señor, una fe, un bautismo…”[6].

Papa Pío VI, Inscrutabile, # 8, 25 de diciembre de 1775: “… Os exhortamos y avisamos que seáis todos de una mente y en armonía mientras lucháis por el mismo objetivo, exactamente como la Iglesia tiene una fe, un bautismo, y un espíritu”[7].

Papa León XII, Ubi primum, # 14, 5 de mayo de 1824: “Por ella estamos enseñados, y por fe divina mantenemos un Señor, una fe, un bautismo, y que ningún otro nombre bajo los cielos es dado a los hombres excepto el nombre de Jesucristo en que debemos ser salvos.  Esto es porque profesamos que no hay ninguna salvación fuera de la Iglesia[8].

Papa Pío VIII, Traditi humilitati, # 4, 24 de mayo de 1829: “Contra estos experimentados sofistas al pueblo debe enseñársele que la profesión de la fe católica es exclusivamente verdadera, como el apóstol proclama: un Señor, una fe, un bautismo (Ef. 4, 5)[9].

Papa Gregorio XVI, Mirari vos, # 13, 15 de agosto de 1832: “Si dice el Apóstol que hay un solo Dios, una sola fe,un solo bautismo (Ef. 4, 5), entiendan, por lo tanto, los que piensan que por todas partes se va al puerto de salvación”[10].

Papa León XIII, Graves de communi re, # 8, 18 de enero de 1901: “De ahí que la doctrina del Apóstol que nos advierte que ‘somos un solo cuerpo y espíritu llamado a la única esperanza en nuestra vocación; un Señor, una fe,un bautismo…’”[11].

      Decir que hay “tres bautismos” como muchos lo hacen por desgracia, es herético.  Hay un sólo bautismo, que se realiza en agua (de fide).

Papa Clemente V, Concilio de Vienne, 1311-1312, ex cathedra: “Además ha de ser por todos fielmente confesado un bautismo único que regenera a todos los bautizados en Cristo, como ha de confesarse un solo Dios y una fe única [Ef. 4, 5]; bautismo que, celebrado en agua en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, creemos ser comúnmente, tanto para los niños como para los adultos, perfecto remedio de salvación”[12].

      Aquí el Papa Clemente V define como dogma que debe ser confesado por todos UN BAUTISMO, que se celebra en agua. Esto significa que todos los católicos deben profesar un bautismo de agua, no tres bautismos: de agua, de sangre y deseo. Confesar “tres bautismos”, y no uno, es contradecir el dogma católico definido. Los que creen que hay tres bautismos (agua, sangre, y deseo), ¿se han preguntado por qué los Papas innumerables veces han profesado que sólo hay un bautismo y ninguno de ellos se ha tomado la molestia de hablarnos de los llamados “otros dos”?


Notas:
[1] The Papal Encyclicals, edición inglesa, vol. 3 (1903‐1939), p. 273.
[2] Decrees of the Ecumenical Councils, edición inglesa, vol. 1, p. 24.
[3] Decrees of the Ecumenical Councils, edición inglesa, vol. 1, p. 70.
[4] Denzinger 347.
[5] Denzinger 468.
[6] Decrees of the Ecumenical Councils, edición inglesa, vol. 1, p. 386.
[7] The Papal Encyclicals, edición inglesa, vol. 1 (1740‐1878), p. 174.
[8] The Papal Encyclicals, edición inglesa, vol. 1 (1740‐1878), p. 201.
[9] The Papal Encyclicals, edición inglesa, vol. 1 (1740‐1878), p. 222.
[10] The Papal Encyclicals, edición inglesa, vol. 1 (1740‐1878), pp. 237‐238.
[11] The Papal Encyclicals, edición inglesa, vol. 2 (1878‐1903), p. 481.
[12] Denzinger 482.

jueves, 29 de diciembre de 2011

Cuenta cuán gran merced he hecho Dios contigo



Cuenta ese MILAGRO...

Lo importante de cómo Lucas cuenta el exorsismo del geraseno, es la presentación del PODER DE JESUCRISTO, y el ENVÍO LAICAL a PREDICAR EL EVANGELIO, fundado "NO SOLO EN PALABRAS, SINO EN PODER". Mirad la Palabra de Dios en LUCAS 8, 38-39:

"Y el hombre de quien habían salido los demonios, le rogaba por estar con El. Mas Jesús le despidió, diciendo: "Vuelve a tu casa, y cuenta cuán grande merced ha hecho Dios contigo". Y fue diciendo por toda la ciudad cuánto bien le había hecho Jesús"

Y por eso explica San Agustín:

"Por aquel hombre curado, que quería permanecer con Cristo, y a quien se dice: "Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grande merced ha hecho Dios contigo", hay que entender que cada uno, después del perdón de los pecados, debe volver a entrar en la buena conciencia como en una casa y servir al Evangelio para la salvación de los demás a fin de descansar un día con Cristo, no sea que, queriendo estar con El antes de tiempo, descuide el ministerio de la predicación, acomodado a la salvación de sus hermanos".



"Porque el reino de Dios no consiste en palabras, 
SINO EN PODER" (1 Cor. 4, 20)

miércoles, 28 de diciembre de 2011

San Francisco de Asís: "El Gran Exorcista"




San Francisco de Asís, EXORCISMO CONTRA LOS DEMONIOS Arezzo, fresco de Giotto.

EXORCISMO CATÓLICO





El ritual de exorcismo incluye la repetición continua de oraciones y órdenes de expulsión, y el uso de objetos que pueden repeler al ente, en este caso un demonio, como crucifijos, agua bendita, reliquias, entre otros. El exorcismo en la teología católica halla su base en los textos evangélicos donde se narran las liberaciones y expulsiones de demonios que realizó Jesús como con los endemoniados de Gadara (Mt. 8,28 ss) a un joven (Mc. 9,21) mencionando por ejemplo que para vencer a algunos demonios se requería la práctica de ayuno y oración (Mt. 17,19) un poder que incluso tenían sus discípulos (Lc. 10,17). Siete casos específicos de posesión se relatan en los evangelios. En los primeros siglos no existían fórmulas precisas para exorcizar, aunque sí el Don de expulsar demonios, el cual era usado por los apologistas cristianos para mostrar la divinidad del cristianismo, por ejemplo Tertuliano (Apología. 23) o Minucio Félix (Octavio 27).
El primer libro con fórmulas de exorcismo es el Statua Ecclesiæ Latinæ a fines del año 500, surge así una literatura exorcista con libros como el Malleus Maleficarum de 1494 (J. Sprengurus) el Flagellum Dæmonum de 1606 (V. Polidorus), Manuale Exorcistarum (C. Brognolus) 1720.

martes, 27 de diciembre de 2011

Virgen del Pilar: Historia y Milagros

¿Milagros?¿Por qué no crece una PIERNA AMPUTADA?

Representación escultórica de la pierna cortada de Miguel Juan Pellicer, en la clave del arco de la portada del Templo del Pilar de Calanda


¿Milagros? ¿Por qué no crece una PIERNA AMPUTADA?

Esta es la pregunta que hacía el blasfemo Zola para burlarse de los milagros de la Virgen de Lourdes. No sabe que la Virgen del Pilar y la historia ya le habían respondido en 1640, con el famoso "Milagro de Calanda".

Aquí la proclama del Arzobispo de Zaragoza:
«Una vez examinado todo, nosotros decimos, pronunciamos y declaramos que Miguel Juan Pellicer, habitante de Calanda, de quien se ha ocupado el presente proceso, ha recuperado milagrosamente la pierna derecha que le había sido amputada. Esta restitución no puede ocurrir naturalmente, sino que ha ocurrido de forma admirable y milagrosa (mirabiliter et miracolose) y debe registrarse como un milagro, puesto que concurre todo lo que – según el derecho – corresponde a la esencia de un auténtico prodigio. Por tanto, reconocemos el hecho presente como un milagro y lo autorizamos; y, así, nosotros decimos…».

Y he aquí lo referente a Miguel Juan Pellicer.

Miguel Juan Pellicer Blasco (n. Calanda (Teruel); marzo de 1617- f. Velilla de Ebro (Zaragoza); 12 de septiembre de 1647). Famoso por el milagro que la Virgen del Pilar obró en él.
Nació en Calanda (Teruel) en marzo de 1617; fue bautizado el 25 del mismo mes. Fue el segundo hijo de ocho hermanos, de una humilde familia de labradores.

Amputación de su pierna:
A los 19 años, a finales del año 1636 o inicios de 1637, deja la casa de sus padres y se traslada a Castellón, a casa de un tío suyo por parte materna. Llevando, un día de finales de julio de 1637, un carro cargado de trigo y tirado por dos mulas, sobre una de las cuales cabalgaba Miguel Juan, cayó éste a tierra, pasándole una rueda del carro sobre su pierna derecha, fracturándole la tibia en su parte central.

Es trasladado a Valencia e ingresa en el Hospital Real el día 3 de agosto de 1637, según consta en el Libro de Registro, que aún se conserva. En este hospital sólo permanece cinco días, ya que añora sus tierras de Aragón. Solicita permiso para trasladarse a Zaragoza, y después de casi dos meses de viaje llega a su destino, a primeros de octubre de 1637.
La primera visita que realiza en Zaragoza, nada más llegar, es a la iglesia de Nuestra Señora del Pilar. Y a continuación es ingresado en el Hospital General de Nuestra Señora de Gracia. Es aquí donde, según consta en todos los archivos, se le amputa la pierna "cuatro dedos más abajo de la rodilla". Enterrándose dicha pierna en el cementerio del hospital, dentro de un hoyo "como un palmo de hondo". Se le dio de alta en el hospital, se le colocó una pierna de madera y se le proporcionó una muleta en la primavera de 1638.
Hubo de recurrir a la limosna para poder vivir, hecho que realizaba en una de las puertas del Templo del Pilar, en Zaragoza. Y aprovechaba esta circunstancia para oir misa todos los días en la Santa Capilla, a la vez que se ungía, con aceite de las lámparas, el muñón de la pierna para intentar suavizar el dolor.
Esta vida de Miguel Juan duró unos dos años, ya que decidió volver a su casa de Calanda.

La noche del milagro:
En la primera semana de marzo de 1640 inicia su viaje de retorno a Calanda. El 29 de marzo de 1640, y después de una dura jornada de trabajo en su casa, al llegar la noche, y habiéndole preparado su madre una yacija improvisada con un serón de esparto y sobre él un pellejo, al lado del lecho conyugal, debido a que su habitación la empleaba un soldado que se alojaba en su casa, se duerme. Eran, aproximadamente, las diez de la noche.
Las crónicas señalan que entre las diez y media y las once de la noche entran sus padres en la habitación "a luz de candil", y perciben una "fragancia y olor suave no acostumbrados allí", y al acercarse su madre para comprobar cómo se había acomodado Miguel Juan en el lecho improvisado de aquella noche, lo encuentra durmiendo; pero, repentinamente, ve admirada que por debajo de la capa paterna asomaban dos pies cruzados. Comprobaron, Miguel Juan y sus padres, ya en los primeros momentos, a la luz del candil, la persistencia de viejas cicatrices de la "pierna amputada" en la "nueva pierna".
Acta notarial del milagro:
El día 2 de abril, cinco días después del milagro, concretamente el Lunes Santo, D. Miguel Andreu, notario de Mazaleón, levanta acta notarial de "tan impresionante hecho". El original de esta Acta Notarial, con todo el protocolo del año 1640, se conserva en el Archivo del Ayuntamiento de Zaragoza.
El 25 de abril, Miguel Juan y sus padres llegan a Zaragoza para dar gracias a la Virgen del Pilar. El Cabildo de Zaragoza remitió al Conde-Duque de Olivares la información del hecho para que, a su vez, la pusiera en conocimiento del rey Felipe IV.
Declaran en dicho proceso: Facultativos y sanitarios (5 personas), entre ellos el cirujano que le amputó la pierna, familiares y vecinos (5 personas), autoridades locales (4 personas), autoridades eclesiásticas (4 personas), personajes diversos (6 personas, destacando a dos mesoneros de Samper de Calanda y de Zaragoza).


Casa-Museo de Miguel Pellicer en Calanda:

La archidiócesis aragonesa reconoce el hecho como "milagro" el día 27 de abril de 1641.
El 14 de Junio de 1641, Miguel Juan retorna a su comarca bajoaragonesa. En el otoño de este mismo año viaja a Madrid para ser presentado al Rey Felipe IV, el cual, como es sabido, tiene la deferencia de besarle la pierna. Posteriormente queda desligado de la tutela del Cabildo del Pilar, y viaja a Valencia. Posteriormente regresa a Calanda.

A finales del siglo XVII comienza la construcción en Calanda de un templo, el denominado Templo del Pilar, ubicado en la casa de Miguel Pellicer y dedicado a la Vírgen del Pilar, a quien se le atribuye el milagro. Donde antes se ubicaba la habitación de Pellicer, en la actualidad hay una capilla en honor al milagro.
El acta notarial del proceso de 1641 fue traducida a diversas lenguas, entre ellas la latina, que dos años después fue remitida al papa Urbano VIII, quien se dio por enterado pero no se pronunció sobre el hecho.

Fallecimiento:
El último vestigio de las fuentes manuscritas acerca de Miguel Juan parece ser la inscripción en el libro de difuntos de la parroquia de Velilla de Ebro (Zaragoza) el 12 de septiembre de 1647, que literalmente dice: "A doce de septiembre murió Miguel Pellicer, dijo que era de Calanda, y lo trajeron aquí desde Alforque más muerto que vivo; y el que lo trajo dijo que el Vicario de Alforque lo había confesado; con todo eso lo volví a confesar y dijo algo. Y le administré el Sacramento de la Unción y se enterró en el cementerio"


¡Salve Santísima Virgen del Pilar!
 
 
fuente: La Puerta Angosta

Virgen del Pilar: Tradición y Milagros

 

 

LA VIRGEN DEL PILAR: historia, tradición y milagros

 

Nuestra Señora del Pilar
  • Historia y Tradición
  • Milagros: El milagro del cojo de Calanda 


NUESTRA SEÑORA DEL PILAR
Fiesta 12 de Octubre
Según antiquísima tradición la Santísima Virgen María estando aún con vida, antes de su gloriosa asunción al cielo, se apareció una noche en carne mortal al Apóstol Santiago a orillas del Ebro mientras se encontraba éste en oración profundamente afligido por la impiedad de las tierras que, sin éxito, intentaba evangelizar. Era deseo de la Santísima Virgen animarle a proseguir su apostolado en estas tierras ibéricas manifestando, así, una gran predilección por este pueblo de raza española; predilección ésta que ha sido ampliamente correspondida a lo largo de la historia por la devoción que todos los pueblos de origen hispánico han profesado a tan venerable Señora especialmente bajo el título del Pilar. La basílica que se levanta en Zaragoza ha sido desde tiempos muy remotos centro de grandes peregrinaciones y foco hacia el cual han convergido las súplicas y esperanzas de los católicos españoles en las horas amargas de las grandes persecuciones que contra la Iglesia ha desencadenado la impiedad. ¡Sea Nuestra Señora del Pilar la que guarde y defienda la fe y la unidad de la raza española y la colme de abundantes gracias y bendiciones celestiales!
Tradición e Historia de la Virgen del Pilar
Hacia el año 40 después de Cristo; España, la más importante y fructífera región de la Bética era tierra pagana sumergida en la idolatría. El apóstol Santiago el Mayor, hermano de San Juan e hijo del Zebedeo, tuvo la santa inspiración y bendición de la Santísima Virgen para predicar en tierras españolas y tal como atestiguan ciertos documentos del siglo XIII que se conservan en la Catedral de Zaragoza; pasando por Asturias, llegó con sus nuevos discípulos, a través de Galicia y de Castilla, hasta Aragón. El territorio se conocía con el nombre de Celtiberia donde actualmente está situada la ciudad de Zaragoza. Allí predicó muchos días y entre algunos de los conversos, eligió como acompañantes a ocho hombres con los que trataba del reino de Dios. En la noche del 2 de enero del año 40 Santiago oyó voces de ángeles que cantaban “Ave María gratia plena” ("Dios te salve María, llena eres de gracia") y vio aparecer a la Virgen María sobre una columna de jaspe. La Santísima Virgen, que aún vivía en carne mortal,  pidió al Apóstol que se le construyese allí una capilla con el altar en torno al pilar celestial y prometió que ese sitio permanecería allí hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obrase portentos y maravillas por su intercesión con todos aquellos que en sus necesidades implorasen su patrocinio. Santiago y sus ocho compañeros, testigos también del prodigio, comenzaron inmediatamente a edificar una ermita con la ayuda de todos los conversos y que recibió el nombre de Santa María del Pilar. Santiago dejó España y se trasladó a Jerusalén, tal como la Santísima Virgen le había ordenado y la fue a visitar a Éfeso; donde, a causa de una persecución contra los cristianos, se encontraba junto a su hermano Juan y allí la Madre de Dios le predijo la proximidad de su muerte en Jerusalén. Santiago fue decapitado en el Monte Calvario por Herodes Agripa alrededor del año 44 después de Cristo siendo el primer apóstol mártir. Su cuerpo fue llevado posteriormente a España para su entierro. Siglos después el lugar en el que fue enterrado fue hallado y llamado Compostela que significa “campo estrellado”, donde permanece hasta hoy. El Apóstol Santiago es el apóstol de la Virgen María por excelencia y le preparó el camino en España y en el Nuevo Mundo. El 12 de octubre, día del descubrimiento de América, celebramos el día de la Hispanidad o día de la Raza, siendo la Santísima Virgen del Pilar patrona de la misma. Este día se celebra también el día de la dedicación de la primitiva iglesia del Pilar asentada sobre la columna que Nuestra Señora trajo del cielo, símbolo de la solidez de la fe en Cristo y del edificio de la Iglesia Católica y que constituyó el primer templo mariano de toda la Cristiandad.
Milagros de la Virgen del Pilar
En 1438 se escribió un libro en el que se relatan numerosos milagros atribuidos a la Santísima Virgen del Pilar y que contribuyó a fomentar enormemente la devoción mariana. Fernando el Católico expresó en cierta ocasión: “creemos que ninguno de los católicos de occidente ignora que en la ciudad de Zaragoza hay un templo de admirable devoción sagrada y antiquísima dedicado a la Santísima y Purísima Virgen y Madre de Dios, Santa María del Pilar, que resplandece con innumerables y continuos milagros”. A lo largo de los siglos, los milagros se han seguido produciendo y no son desdeñables los milagros de la Virgen en defensa de la fe: la toma de Zaragoza de manos de los musulmanes en 1.118, la resistencia ante el ejército francés durante la Guerra de la Independencia Española y la victoria del ejército sublevado en la Guerra Civil Española. De la guerra civil se narra el bombardeo sufrido por el templo a manos de enemigos de Cristo el 3 de agosto de 1936 cuando fueron arrojadas tres bombas defectuosas desde unos 150 metros, altura insuficiente para activar sus espoletas. Las bombas se exponen a los lados del Camarín de la Virgen e integran la larga lista de hechos milagrosos que se le atribuyen. Entre los milagros encontramos también la asombrosa curación de doña Blanca de Navarra, a la que se creía muerta; la curación de invidentes como el niño Manuel Tomás Serrano y el organista Domingo de Saludes y el muy famoso milagro de Calanda realizado a Manuel Pellicer y que a continuación pasamos a relatarles.
El Milagro de Calanda
“Miguel Pellicer, vecino de Calanda,
tenía una pierna muerta y enterrada.
Dos años y cinco meses, cosa cierta y probada,
por médicos cirujanos, que la tenía cortada.
Se acostó en la cama y por la mañana,
se encontró la pierna sana como estaba”
(Romance Popular)
La noche del 29 de marzo del año 1.640 Nuestra Señora del Pilar restituyó a Miguel Juan Pellicer, joven labrador, una pierna que le habían cortado en el Hospital de Nuestra Señora de Gracia y que estaba ubicado en lo que actualmente es la Plaza España de la ciudad de Zaragoza. La pierna se encontraba enterrada en el cementerio del hospital desde hacía dos años y cinco meses. El joven mutilado, provisto de una pata de palo y de una muleta, alternaba algunos trabajos fáciles con su asidua asistencia al templo del Pilar en el que solía pedir limosna y se encomendaba con fervor a Nuestra Señora, ungiendo el muñón de su pierna con el aceite de las lámparas encendidas en honor a la Virgen. Dos años y algunos meses después de la amputación Miguel regresó a la humilde casa de sus padres que estaba situada en la ladera del castillo de Calanda a 118 Kilómetros de Zaragoza, donde pedía alguna limosna para no agravar la pobreza de sus padres. El jueves 29 de marzo el joven había pasado el día trasladando estiércol desde una era al corral de su casa. Esa noche Miguel se encontraba muy cansado y se reunió, en torno a la lumbre, con sus padres y unos vecinos y delante de ellos se quitó la pierna de palo y los paños sobre los que acomodaba la rodilla. Estando ya en su cuarto, sobre las diez y las once de la noche, entró la madre y vio que, por debajo de la cubierta de la cama, asomaban dos piernas y desconcertada fue a llamar a su marido. Al entrar éste en la habitación notó un olor no acostumbrado en la casita, la habitación estaba en perfecto orden y de la cubierta de la cama sobresalían dos pies. Miguel había recuperado su pierna, la misma que antaño había sido mordida por un perro y que conservaba incluso la vieja cicatriz. El sólo recuerda que soñaba que se ungía el muñón en la capilla de la Virgen de Zaragoza. Tanto Miguel como sus padres tuvieron claro que se trataba de un milagro de Nuestra Señora del Pilar que había intercedido ante su Hijo Santísimo y Redentor Nuestro, para que le devolviese la pierna que había sido enterrada ya gangrenosa en el hospital hacía más de dos años. Del milagro de Calanda han quedado muchísimos testimonios y pruebas documentales: médicas, notariales, eclesiales, etc. Fueron muchísimas las personas que conocieron a Miguel Pellicer y declararon el prodigio. Es un milagro portentoso que consiste en una auténtica resurrección de la carne y que puede ser probado hasta en los más mínimos detalles.

"Tu FE te ha Salvado"



La Profesión de la Fe Católica


Promulgada solemnemente por el Papa Pío IV y el Concilio de Trento

• Yo, N., creo firmemente y profeso todas y cada una de las verdades que se contienen en el símbolo de la Fe que usa la Santa Iglesia Romana, es a saber:
• Creo en un solo Dios, Padre omnipotente, creador del cielo y de la tierra, de todas las cosas visibles e invisibles. Y en
• un solo Señor Jesucristo, Hijo unigénito de Dios. Y nacido del Padre antes de todos los siglos. Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero. Engendrado, no creado, consustancial al Padre: por quien todas las cosas fueron creadas;
• El cual por nosotros los hombres y por nuestra salud descendió de los cielos. Y por obra del Espíritu Santo se encarnó en las entrañas de la Santísima Virgen y se hizo hombre;
• Por nosotros fue también crucificado, bajo Poncio Pilato: padeció y fue sepultado.
• Y resucitó al tercer día, según las Escrituras. Y subió a los cielos;
• Y está sentado a la diestra del Padre. Y otra vez ha de venir con gloria a juzgar a los vivos y a los muertos: y su reino no tendrá fin;
• Y en el Espíritu Santo, Señor y vivificador: que procede del Padre y del Hijo. El cual es juntamente adorado con el Padre y el Hijo, y conglorificado: y habló por medio de los profetas;
• Y en la Iglesia, Una, Santa, Católica y Apostólica.
• Confieso que hay un solo Bautismo para remisión de los pecados. Y espero la resurrección de los muertos. Y la vida del siglo venidero. Amén.
• Firmísimamente admito y abrazo las tradiciones apostólicas y eclesiásticas y las demás observancias y constituciones de la misma Iglesia.
• Asimismo acepto la Sagrada Escritura conforme al sentido que le ha dado y la da la santa Madre Iglesia, a la cual toca juzgar acerca del verdadero sentido e interpretación de las Sagradas Escrituras; y jamás las aceptaré e interpretaré sino en conformidad con el unánime sentir de los Padres.
• Confieso también que verdadera y propiamente son siete los Sacramentos de la nueva ley instituidos por Nuestro Señor Jesucristo, y que son necesarios para la salvación del género humano, si bien no todos lo son a cada uno, a saber, el Bautismo, la Confirmación, la Eucaristía, la Penitencia, la Extremaunción, el Orden y el Matrimonio; y que confieren la gracia, y de ellos el Bautismo, la Confirmación y el Orden no se pueden reiterar sin sacrilegio.
• Acepto y admito asimismo los ritos aprobados por la Iglesia Católica para la solemne administración de todos los Sacramentos sobredichos.
• Acato y recibo todas y cada una de las cosas que acerca del pecado original y de la justificación fueron definidas y declaradas en el santo Concilio de Trento.
• Igualmente confieso que en la Misa se ofrece a Dios un verdadero, propio y propiciatorio Sacrificio por los vivos y por los difuntos; y que en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía están verdadera, real y sustancialmente el Cuerpo, y la Sangre juntamente con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y que se efectúa la conversión de toda la sustancia del pan en el Cuerpo, y de toda la sustancia del vino en la Sangre, la cual conversión es denominada Transustanciación por la Iglesia Católica.
• Confieso también que bajo cada una de las especies se recibe a Jesucristo total e íntegro, y un verdadero Sacramento.
• Firmemente admito la existencia del Purgatorio, y que a las almas en él detenidas pueden los fieles ayudarlas con sufragios;
• E igualmente que los Santos que están reinando con Cristo deben ser venerados e invocados, y que ellos ruegan a Dios por nosotros, y que sus Reliquias deben ser veneradas.
Afirmo resueltamente que se deben tener y conservar las imágenes de Jesucristo y de la Madre de Dios siempre Virgen, y también de otros Santos, y que se les ha de tributar el debido honor y veneración;
• Afirmo que Jesucristo dotó a la Iglesia de potestad para conceder indulgencias, y que el uso de las mismas es en gran manera saludable al pueblo cristiano.
• Reconozco a la Santa, Católica y Apostólica Iglesia Romana por madre y maestra de todas las Iglesias, y…
• También admito y profeso sin la menor duda cuanto han enseñado, definido y declarado los sagrados Cánones y los Concilios Ecuménicos, y en especial el sacrosanto Concilio de Trento y el Ecuménico Concilio Vaticano, sobre todo respecto del primado e infalible magisterio del Romano Pontífice, y al mismo tiempo,
• Todas las cosas contrarias y cualesquiera herejías por la Iglesia condenadas y rechazadas y anatemizadas yo igualmente las condeno, rechazo y anatematizo.
• Esta verdadera Fe Católica, fuera de la cual nadie puede salvarse, que al presente espontáneamente profeso y de verdad tengo,
• Yo mismo, N., prometo, hago voto y juro que, con la ayuda de Dios, la he de conservar siempre íntegra e intacta hasta el postrer instante de mi vida, y procuraré cuanto de mí dependa que mis súbditos o aquellos a quienes por mi cargo esté obligado a cuidar, tengan dicha fe, la enseñen y la prediquen. Así, Dios me ayude, y estos sus santos Evangelios.